15 febrero 2010

Atentado

Aplasté el jitomate con todas mis fuerzas contra su pálido rostro, las semillas volaron por el avión junto con el rojo jugo y la pulpa desecha. Me miró enfurecido mientras un pedazo de cáscara resbalaba en su cachete. -¡No me gusta el jitomate! –Grité mientras el copiloto entomatado me tacleaba. Vi a la gente asustada, en su mayoría cubiertas por jitomates, vi a mi lado a las aeromozas tiradas con cara de horror, el jitomate se confundía con su sangre. Seguramente a ellas tampoco les gusta esta fruta colorada que se cree verdura, pensé.

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