03 abril 2010

Cosas de Genética


“El gen Landa” es un término coloquial en toda mi familia, no sólo en mi familia materna, aquella de los Landa y los valientes Alessio Robles que con un gran coraje se unieron a este gen, sino ya también es popular entre los bonachones Beltrán y los fregones Merino.

Los genes son una cosa que no podemos negar, curiosamente con estos vienen rasgos de personalidad que no podemos ocultar y el gen Landa corre erguido, rápido y muy puntual por la sangre de todos los descendientes de los Landa, no sé desde cuando éste corre por mis ancestros, pero yo tengo relatos hablados desde mi bisabuelo Landa, al cual yo no conocí, pero su fama lo precede. Sé, por ejemplo, que mi bisabuelo, era tan rígido en los modales en la mesa que nada comía nunca con la mano. Ni siquiera una alcachofa, vegetal que yo he tratado de comer con cubiertos y me he visto imposibilitada.

Mi bisabuelo tuvo varios hijos que nacieron con este gen dominante y dos hijas, la tía Nena y mi abuela Beatriz Landa Verdugo. Aún no se descubría que este gen es más poderoso en las mujeres. Y así, con todo y las malas cualidades que conlleva ser portador del gen ya mencionado, mi abuela que era tan bella como Audrey Hepburn, elegante, refinada y servicial como pocas personas he conocido, llamó la atención de un gallardo y culto caballero que vendría a ser mi abuelo Miguel Alessio Robles Fernández.

De esta rama de la familia Landa, pronto surgieron cuatro varones más, serios, callados, estrictos y puntuales. También dos mujeres, que aunque llevaban un apellido compuesto primero, no pudieron ocultar el segundo: Landa. Y sí, una de esas es mi mamá. Es por esta mala jugada de la genética que yo vengo a tener características como mal humor, necedad, inflexibilidad y explosividad que no puedo negar. Aunque sí, me jacto de tener este cuarto de gen Landa bastante bien diluido con un cuarto de Merino, un cuarto de Beltrán y un cuarto de Alessio, que hacen que las características Landa que admito poseo, no sean tan distintivas como lo son en mis predecesores.

Ahora, no puedo hablar de estas características del gen Landa sin hablar de sus descubridores que pusieron esto en orden y por supuesto, también, con eso de Merino y eso De La Calle, se encargaron de burlarse eternamente y distribuir los datos. Esos descubridores que junto con su prole y sus demás parientes se han encargado de reír de los Landa vendrían a ser mi papá, casada con una mujer descendiente directa de Agustín Landa y Cecilia mi tía, casada con un de los serios Alessio Robles Landa.

Todos los Landa menos los de mi generación, solían decir que debido a su buen comportamiento no existía ningún pariente al que se le pudieran imputar malas cosas, solían, hasta que mi papá, escuchando radio UNAM, se dio cuenta que no era como parecía, escuchó la historia de mí tía bisabuela la cual fue Miss México (primer error, un Landa exhibiendo su cuerpo de maneras inapropiadas), se casó con un hombre que tenía otra familia (segundo error, casarse con alguien no merecedor e impuro) y finalmente al descubrir su traición lo asesinó a sangre fría (tercer y fatal error, cometer un crimen o pecado, o ser acusada de uno.). Claro que los Landa supieron ocultarlo bien, mandando a la protagonista de este incidente a otro país, a otro continente, y no se habló nunca del tema. Los secretos se guardan para mantener el honor de la estirpe Landa. Creo que a ninguno de ellos se les hubiera ocurrido escuchar radio UNAM.

Ahora con material en las manos, los nietos de Don Miguel así como su cuñada y yerno decidimos probar nuevas maneras de diluir un poco el gen Landa. Todos los intentos fallaron. Pero lo descubrimos el día de navidad. El alcohol diluye este gen. Lamentablemente sólo durante la noche que es consumido, no permanentemente, y estas noches no abundan en la familia.

Claro que esta información ha sido resguardada por la familia de Beatriz Landa y estos datos tan valiosos no se han transmitido a otros miembros más allá de su familia. Nos burlamos con singular alegría de los demás Landa llenos del maligno gen sin que ellos lo sepan. Y también los de nuestra propia familia acaban muy fregados, pues algunos también somos descendientes de Merino; los adultos que llevan este apellido Landa se enojan cuando estas burlas suceden, por lo que el gen sale más a relucir, y sus hijos, mujeres, maridos y demás familia política, sólo nos reímos, tratamos de ocultarlo y comparamos al resto de los portadores del gen Landa con Fernanda del Carpio.

1 comentario:

  1. ¡Hey! ¡Me gusta tu estilo! Fue difícil seguir todo el árbol genealógico pero es muy divertida y loca la genética de tu familia. Creo que soy un fan de tu blog.
    ¡Sigue escribiendo! :)

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