03 abril 2010

Individuo

Tiene ojos redondos, muy pequeños, e inexpresivos que examinan su alrededor nerviosos como se sintiera observado y buscado. Parece que él mismo también busca a alguien pues no fuma el cigarro que lleva desde hace cinco minutos en su mano, ni bebe el café que se enfría a su lado en la helada banca, sólo mueve de un lado a otro sus ojos que se nublan con unas cejas gruesas y oscuras, aunque se logran ver un poco más grandes por el efecto de unos gruesos lentes redondos que se recargan en el tope de una larga y pronunciada nariz aguileña ligeramente desviada hacia su lado izquierdo. Su boca esta entreabierta ya que respira por ahí, tras sus labios delgados y partidos se alcanzan a apreciar unos dientes chuecos y de un tono amarillo que da a notar que consume mucho café. Tiene unos pómulos marcados que al igual que su nariz resaltan por la finura de su cara. En su rostro existen pocas arrugas, pero muy marcadas en el ceño, en su frente y alrededor de sus ojos, sobre las ojeras que doblan el tamaño de los ojos. Las arrugas sólo dejan más clara la personalidad seria, malhumorada e incomprendida del individuo que sostiene el cigarro consumiéndose solo en su huesuda y larga mano derecha. Mientras tanto su mano izquierda resguarda dos libros viejos y maltratados de los que sólo alcanzo a leer las palabras “Los orígenes”. El individuo de poco pelo negro entrepelado peinado al estilo de Benito Juárez, para disimular la calvicie que parece que ha sido rápida y no fue anunciada, viste un suéter de rombos cafés bastante viejo, sobre una camisa negra deslavada y bajo un saco roído y sucio que usa todos los días desde hace tiempo, tiene unos pantalones cafés que le quedan cortos ya que en la posición sentada le llegan casi a la mitad de la espinilla, y en sus pies, contrario al resto de su vestimenta seria, tiene un par de calcetines deportivos y unos tenis Converse.

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